No todos los caminos nos llevan a Dios
En diferentes regiones del mundo los hombres buscan y adoran a Dios conforme aprendieron de sus padres, mayormente, de la cultura que los rodea, es así, como lugares como China, gran parte de su población adora a Pan Gu, Nuwa o Fuxi, en la India a Brahma, Vishnu o Shiva y los musulmanes a Alá. En el mundo cristiano las diferentes religiones creen que Jesús es el hijo de Dios, este es en sí, el único factor que los une, porque cada quien lo adora según la denominación a la que pertenece.
El catolicismo, por ejemplo, cree que Jesús es una estatua de piedra o madera que se complace en las penitencias que ofrecen sus devotos. El cristiano evangélico no adora imágenes, pero cree que Jesús es algo así como un “amigo de confianza” al que podemos acercarnos para pedirle lo que queramos. Una gran mayoría de cristianos cree en un rapto pre-tribulacional y otros piensan que el rapto será después de la gran tribulación. Algunos líderes obligan a las mujeres a usar velo y otros permiten que las mujeres se corten el cabello. De manera que las creencias de cada grupo varían dependiendo de quien fundó dicha religión o denominación, en realidad lo que se practica en las diferentes congregaciones hoy en día, es lo que el fundador “creyó” que era el culto correcto.
Los cristianos, sin lugar a dudas, practican lo que ellos creen que es el verdadero culto a Dios, no importando lo que su líder enseñe. Algunos dirigentes que están por retirarse o que están a punto de morir dejan instrucciones precisas de la forma y de los dogmas a los que sus seguidores deben apegarse. Ninguno de ellos, incluidos los mismos predicadores piensan que están actuando en contra de la voluntad de Dios, por el contrario; ellos simplemente creen que cada uno ha recibido “una visión diferente” de Dios. Piensan que, si existen en la actualidad infinidad de sectas, creencias y cultos, es por la voluntad de Dios; en ninguna manera consideran estar en un error.
Asumen de alguna manera, que las muchas denominaciones cuentan con la aprobación Divina, por cuanto son prosperadas y porque muchas de ellas cuentan con un local propio, otros por que abrieron una escuela de educación cristiana para sus hijos, estos lideres y sus miembros están seguros que es así, porque sus congregaciones han crecido de unos pocos, a varios cientos o miles de miembros. Estas señales estimulan a los miembros de dichas congregaciones a depositar su plena confianza en su organización porque suponen que “el éxito” alcanzado es una señal suficiente de que Dios está en dicho lugar dirigiendo la vida espiritual de toda la congregación a través de sus lideres; es decir, sus dirigentes se convierten en los portavoces de Dios, por lo tanto, harán todo cuanto ellos les digan.
La mayoría de las diferentes denominaciones a nivel mundial se apegan esencialmente al concepto y “la visión” de su líder para determinar su culto y devoción a Dios; en rara ocasión el cristiano cuestiona lo que su líder predica, y mucho menos, indaga en las escrituras si lo que su pastor dice desde el púlpito esta contextualmente correcto, ¿Cómo osaría un simple cristiano contradecir al “famoso siervo de Dios”? ¿No es él, el elegido por Dios para llevar su palabra al pueblo? Esto llena de confusión y ciertamente de temor a muchos cristianos que ven en la Biblia (para los que la estudian) que muchas de las palabras de su líder no están respaldadas por ella, pero se retraen de hacer algún comentario porque piensan que esto sería desleal hacia su pastor, y un acto de rebeldía hacia Dios.
En cualquier parte del mundo, el concepto general es: que si un pastor está en el púlpito es por expresa voluntad de Dios y, por lo tanto, lo que él enseña es cierto; aún es casos donde las doctrinas de dicho predicador son conceptos humanos, psicológicos, fabulas o actos de entretenimiento. Se puede ver en el pueblo cristiano cierto sentimiento de “resignación” al creer que ninguna iglesia es perfecta y, por lo tanto, reciben la enseñanza sin rebatirla, ni objetarla. Otros cristianos que desean conocer la verdad tratan de alguna manera de darle a conocer a sus pastores que tal o cual enseñanza no es verdad, pero se enfrentan a la dura realidad que sus líderes no están en la disposición de aceptar ninguna enseñanza proveniente de alguno de sus miembros; sin embargo, los retienen porque representan parte de los ingresos de la congregación, y, por lo tanto, de su salario.
Es así como muchos pastores retienen a las ovejas que buscan mejores pastos con comentarios amenazantes desde lo alto del púlpito. Les dicen que salir de dicha congregación los convertirá en presas fáciles para el Diablo o que cambiarse a otra congregación es un acto de deslealtad e inestabilidad en asuntos del espíritu; otros dedican mucho tiempo predicando sobre el diezmo con tal que aquellos que no diezman constantemente lo hagan. Lo que pretenden estos líderes espirituales, es tener personas que reciban sus doctrinas y los sigan sin condiciones.
Por su parte el cristiano cree que si sale de ese ambiente perderá su salvación y sus amistades. No pueden imaginarse salir de grupo religioso, aunque sepan que su vida espiritual y su relación con Dios son un fracaso; prefieren amoldarse al “sistema” que buscar la verdad. En ocasiones sucede que cuando alguien estudia la biblia guiados por el Espíritu Santo puede que reciba revelación divina, (porque Dios sigue revelando a sus siervos en el siglo 21) sus líderes en lugar de aceptar esa palabra o revelación, a cambio, le ofrecen una sanción por “rebeldía” o muestran la puerta de salida para acallarlo, por lo tanto, prefieren seguir en su rutina religiosa “perseverando” en tradiciones humanas que en la voluntad de Dios.
La palabra de Dios es enviada por medio de los menos indicados.
Uno de los más grandes inconvenientes que ha enfrentado el cristianismo en todas las épocas es la testarudez de corazón, porque cuando Dios revela su palabra, lo hace generalmente, a los menos indicados (según el hombre), cuyo corazón es recto delante de Dios, pero que pasan desapercibidos ante la vista de los demás. Estos hombres, son el “remanente” que Dios ha mantenido oculto por siglos para manifestar la verdad de su palabra, y mostrar a su pueblo lo que verdaderamente desea de sus hijos.
Dios usualmente envía profetas a su pueblo con el propósito de unirlo en una misma visión …SU VISIÓN. Dios desea juntarnos, así como “la gallina une a sus polluelos debajo de sus alas”, lejos de eso… el pueblo “duro de cerviz e incircunciso de corazón” rechaza a sus enviados. En lugar de caminar en la visión de Dios, su pueblo se esfuerza en construir instituciones humanas llamadas “denominaciones” para continuar con sus tradiciones. Todos los líderes de estas denominaciones quieren ejercer autoridad sobre los demás, es así porque ningún pastor, está dispuesto a siquiera escuchar a otro líder en términos teológicos o doctrinales; porque eso, implicaría perder su «identidad como cristiano», y especialmente a renunciar al credo de su denominación.
La mayoría piensa que ser educado o edificado por otros hermanos en la fe es tiempo perdido, porque ninguno de ellos está dispuesto a ceder en sus dogmas de fe; en todo caso, si de alguna manera creyeran que la “doctrina” de sus compañeros en la fe cristiana fuera correcta y apegada a la escritura, no tendrían el valor suficiente para recibirla por temor a las represalias de su misma congregación, a la que probablemente han pertenecido toda su vida.
Podrían perder su empleo como pastores, muchos miembros desertarían de sus respectivas congregaciones y sus creencias se desplomarían. ¿Qué dirían sus padres, hermanos o líderes si deja de pensar como ellos? Contradictoriamente, si este líder o pastor recibe verdadera revelación de Dios, lo más probable es que tampoco lo enseñe a su congregación por “temor a dividir más el cuerpo de Cristo”.
La avaricia ha tomado control de muchos lideres cristianos
Las divisiones y separaciones en las congregaciones son un fenómeno común en nuestro tiempo. Estas son el resultado de la codicia y la ambición de sus lideres, generalmente la doctrina o la enseñanza de la palabra de Dios no tiene nada que ver con la decisión de dividir una congregación. Normalmente, las separaciones tienen que ver con la forma en la que se maneja una congregación, especialmente por aquellos que creen que el pastor esta ganando mucho dinero. Lamentablemente, muchos ven en el número de miembros de una congregación como su medio de ganancias.
Otros lideres simplemente deciden separarse de una congregación porque desean ser los pastores y tener poder sobre sus ovejas, ellos desean dominar “espiritualmente” a sus miembros. La decisión de separar una congregación y llevar consigo a algunos de sus miembros es debido a que uno de sus lideres, usualmente, uno de los fundadores toma la decisión de ser pastor y formar su propia congregación para dedicarse a tiempo completo a pastorear y que dicha congregación le pague un salario.
La figura de pastor único no es bíblica.
La palabra de Dios dice que Jesucristo es el único pastor de la iglesia, el resto solo somos ovejas. Al estudiar un poco la escritura nos damos cuenta que la iglesia del Señor no enseña que las congregaciones deben tener un solo pastor como líder máximo, esta figura fue una herencia más de la iglesia católica que las congregaciones cristianas evangélicas han adoptado. Constantino como fundador de la iglesia católica fue quien separo a los clérigos de los laicos, tal como el paganismo romano lo hizo por siglos. En el nuevo testamento no vemos ninguna mención a la figura del “pastor único”, sin embargo, se menciona como parte de los ministerios que conforman la iglesia de Jesucristo en Efesios 4:1. El pastor “graduado” es un profesional pagado (o un pastor asalariado) cuyo rol no tiene ningún respaldo por las escrituras pero que se ha convertido en el standard en nuestros tiempos; graduarse como pastor se ha convertido en un requisito para ministrar a una congregación. En todo caso, el modelo del nuevo testamento no menciona en ninguna manera que los pastores fueran los encargados de la iglesia, si no que los apóstoles eran los responsables. ¡Como ha cambiado la iglesia del Señor!
Un solo evangelio
Si usted ha sido cristiano por muchos años, habrá experimentado en una o más ocasiones en su carrera cristiana estas separaciones o divisiones, el proceso de levantar una congregación y de separarse, es un círculo vicioso que nos separa cada vez más del verdadero evangelio, pero que lamentablemente, es muy común en nuestro tiempo. Sin embargo, existe una forma correcta de culto a Dios, y es (aunque parezca obvio) la que él ha escogido, y que se encuentra plasmada abundantemente en el nuevo testamento, son las ordenanzas de Jesús tal como los discípulos la entendieron y pusieron en práctica. hombres cuya preparación académica era escaza y cuya mente no estaba cargada con filosofías y doctrinas perniciosas, ellos fueron los instrumentos que Dios usó para continuar la misión de Jesús. Estas personas nunca asistieron a una universidad teológica para recibir un título de “doctor” o “pastor” pero eran llenos del Espíritu Santo para discernir lo verdadero de lo falso, ellos aceptaron la sencillez del evangelio y lo pusieron por obra. Les interesaba agradar a Jesús, aunque esto trajera consecuencias muy difíciles de sobrellevar. Si Usted busca en las escrituras quienes fueron los hombres que Dios usó, encontrará que utilizó personas comunes y corrientes como usted y como yo para llevar a cabo sus planes, y para anunciar su palabra, pero dejó a un lado a los “doctores de la ley” porque estos no podían humillarse para recibir la enseñanza de Dios, ni mucho menos que otros menos “aptos” gozaran del favor de Dios.
No existen varios evangelios, sino, personas que pervierten el único evangelio.
La mayoría se empeña en creer que el evangelio ha cambiado con el paso de los años; sin embargo, la palabra de Dios dice lo contrario. Para el creyente moderno es imposible pensar que se pueda practicar el evangelio tal como el libro de los hechos lo presenta, y aquellos que reconocen la profunda necesidad de una reforma al interior la iglesia cristiana evangélica, generalmente son acusados de sectarios que procuran la división de las congregaciones. Sin excepción, todos los líderes religiosos creen sinceramente que están adorando a Dios y cumpliendo su voluntad haciendo todo cuanto sus superiores o fundadores les mandaron hacer. Ellos no pueden aceptar nada nuevo (aunque en realidad no son nuevas revelaciones) Porque esto implica, humillarse y dejar algo que han creído durante toda su vida de cristianos, implica, además, un cambio de vida, un nuevo comienzo que muchos no están dispuestos a dejar, ya sea por comodidad, por costumbre o por cobardía, en lugar de atreverse a hacer lo que las escrituras ordenan.
Millones de creyentes de las diferentes denominaciones cristianas no pueden siquiera cambiar su asiento preferido, mucho menos, renunciar a su estilo de vida tradicionalista o de pecado. Ellos creen únicamente, lo que aprendieron de sus líderes, pero no pueden creer en las palabras de Jesús. Por ejemplo, millones de católicos asisten a la basílica de San Pedro para escuchar a un anciano que se dice ser el representante de Dios en la tierra; creen honestamente que este hombre es infalible y que cada palabra que sale de su boca, es como si viniera directamente de Dios, pero nunca leen la Biblia, sino que la colocan en un rincón en su casa como si fuera una reliquia. La iglesia evangélica no es la excepción puesto que confían que sus “profetas”, “evangelistas”, “maestros” y “doctores”, son los encargados de dirigir su vida espiritual, y aceptan sin mayor problema “la visión” o “la revelación” de su líder como si todo cuanto él hace, fuese dirigido por Dios.
Es así como muchos siguen a su pastor en proyectos alocados porque sienten la obligación de seguirlos, aún en contra de la expresa voluntad de Dios. Lideres de diferentes denominaciones llevan a sus ovejas a endeudarse para comprar un edificio más grande o para instalar un canal de televisión y otros proyectos “para alcanzar las almas perdidas” lo que pretenden en realidad, adherir más miembros a sus congregaciones y que sus nombres como predicadores sean conocidos en todo el mundo. Muchas ovejas siguen a estos líderes porque son simpáticos, porque es “buen administrador” o porque predica con “pasión”, aunque su discurso sea fuera de contexto.
Este tipo de cristianos desconocen las escrituras porque su lectura se resume a un par de versículos leídos al unísono al comienzo de una predica dominical y su oración se convierte en una “micro oración” dando gracias por los alimentos. Los más espirituales dedican horas en “rimbombantes” letanías que tratan de impresionar a Dios, con un lenguaje florido, en lugar de una súplica agonizante por permanecer en la verdad. La costumbre religiosa que heredaron de sus antepasados facilita, en buena medida, que estos errores sean asimilados con mucha sutileza, difícilmente perceptibles, pero igualmente dañinos y destructores. No ven que están siguiendo a un hombre mortal sujeto a errores al cual Dios le ha dado la oportunidad de dirigir una congregación pero que no es mayor que sus hermanos y que por lo tanto debe ser edificado en la misma enseñanza.
Los lideres creen estar en la verdad y que sus enseñanzas están respaldadas por la biblia, simplemente, no ven la necesidad de cambiar nada de lo han aprendido, ni de lo que predican. Estos hombres por lo general, son colocados en dichas posiciones por sus más cercanos seguidores, ya sea por la simpatía que como “líder” irradian, o por su involucramiento en las actividades dentro de la misma congregación, otros son pastores porque sus padres les “heredaron” el puesto. Para el cristiano “laico” que asiste regularmente al culto resulta imposible creer que su pastor lo pueda conducir por una senda equivocada, porque según ellos, sus predicas son basadas en la verdad; aún los más obvios exponentes de herejías y falsas doctrinas cuentan muchos seguidores que harían cualquier cosa por defenderlos. Algunos incluso llegan al grado de imitar los ademanes, tono de voz y expresiones de su líder; según ellos al hacerlo están practicando el verdadero evangelio y “sinceramente” cumpliendo con la voluntad de Dios. Millones de creyentes están convencidos que están en lo correcto y su fe fundada en la creencia que “muchos no pueden estar equivocados”.
Alguien puede sentir que por el hecho de ser parte de los miles o millones que conforman su denominación o religión significa que su culto a Dios es el verdadero. Así pues, cada quien que profesa una religión puede sentir orgullo de pertenecer a ella, y no están dispuestos a renunciar a sus tradiciones y mucho menos tratar de renovar su mente. Sin embargo, la sinceridad, entrega y devoción en ninguna manera constituye la verdad ni la aprobación de Dios.
Existe un solo Dios y una sola palabra.
En la historia de la humanidad solo un Dios, de los muchos que profesan las diferentes religiones, ha presentado evidencia de su poder y misericordia, ningún Baal, Buda, Alá o Krishna ha hecho descender fuego del cielo o abierto el mar; solo el Dios de Israel es el verdadero Dios que creó los cielos y la tierra. Los hombres pueden corroborar por medio de la ciencia muchos de los milagros registrados en la Biblia como el cruce del mar rojo, o la destrucción de Sodoma y Gomorra, también pueden confirmar que la Gloria de Jehová se posó sobre el monte Sinaí o milagros de sanidad divina. Ningún líder, profeta o dios hecho por manos humanas, puede hacer las obras de Jehová. De modo que si existe un solo Dios también existe una sola verdad, y esta, se encuentra plasmada en la Biblia.
La Biblia es la única escritura antigua que habla sobre Dios y que pueda corroborarse, pero también, es la única que debemos obedecer puesto que él es nuestro creador y seria insensato no creer en sus advertencias. La palabra de Dios dice, por ejemplo, que si pecamos nuestro destino será un lugar de tormento llamado infierno, pero si obedecemos su voluntad nos resucitará y dará vida eterna. La sinceridad del creyente en todo caso, no significa que sea puro y que su forma de adoración sea agradable delante de Dios. Todo cuanto pueda aprender en una congregación que contradiga la escritura debe rechazarse, aunque esta provenga del o los predicadores más reconocidos de nuestra época. Nada que sea diferente a lo que la Biblia enseña, es digno de aceptarse “1 Desechando, pues, toda malicia, todo engaño, hipocresía, envidias, y todas las detracciones, 2 desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación, 3 si es que habéis gustado la benignidad del Señor” 1 Pedro 2:1-3
La leche espiritual pura es LA PALABRA DE DIOS NO MODIFICADA O ADULTERADA, y esta es la razón fundamental por la cual existen tantas religiones o denominaciones. Cada uno modifica, es decir, adultera la palabra de Dios mezclándola con la perspectiva humana y la transforma por medio del entendimiento racional para producir “ALGO” que parece cristianismo, pero que difiere en muchas formas, con el evangelio Bíblico. Si las predicas modernas fueran conforme a la voluntad de Dios, la única división que existiría sería respecto al idioma y la distancia, pero en ninguna manera por doctrinas claramente respaldadas por las escrituras, pero que en nuestros días son motivo de discordia. Porque Jesús no enseño a unos una cosa y a otros lo contrario; hoy es común escuchar diferentes evangelios que tratan de acomodar la palabra de Dios a los tiempos modernos; sin embargo, Pedro nos dice que deseemos la palabra tal como ellos la recibieron del Señor: no adulterada, esto resulta difícil cuando contradice lo que el mundo ha influido en nosotros, por ejemplo, oímos de cristianos que dicen que “no podemos dejar de pecar mientras estemos en la carne”, pero el apóstol Juan dice lo contrario: “Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios” 1 Juan 3:9, para colmo, esta declaración de Juan es la excusa de algunos falsos maestros para decir que el cristiano puede hacer cualquier cosa, incluso pecar, pero que no se considera pecado porque es un hijo de Dios y los hijos de Dios no pueden pecar.
También los modernos predicadores nos dicen que Dios quiere que seamos ricos como Abraham, Job o Salomón, pero la forma de entrar en el Reino de los cielos en el nuevo testamento es siendo pobres, en ninguna parte menciona que los ricos heredaran el Reino de los Cielos: “Al ver Jesús que se había entristecido mucho, dijo! ¡Cuán difícilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas!” Lucas 18:24. También se nos insta a rechazar toda hipocresía y todos aquellos frutos que provienen de la carne, puesto que nuestro deseo es contrario al deseo del Espíritu de Dios, “Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis” Gálatas 5:17
Es claro que aquel que vive en pecado, lo sepa o no, se justificará diciendo que no puede dejar de hacerlo porque según ellos “la carne es débil”, pero la palabra de Dios dice que el que practica tales cosas no heredara el Reino de los Cielos” 17 Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis. 18 pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley. 19 y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, 20 idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, 21 envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.” Gálatas 5:19-21 a estas alturas, muchos dirán: “esos fueron otros tiempos” “el evangelio ha cambiado”, pero usted y yo sabemos que eso no es cierto, porque el cielo y la tierra pasaran más sus palabras no pasaran Mateo 24:35.
La justificación no sirve delante de Dios
Es triste saber que muchos cristianos viven “practicando” pecados tales como la ira, envidia o pleitos, y ni siquiera se dan cuenta de ello, simplemente le restan importancia a esta advertencia puesto que dan por hecho que el Reino de los Cielos ya les pertenece. La palabra de Dios en ocasiones es muy dura, y humanamente hablando, difícil de aceptar, pero en ninguna manera es excusa para desobedecerla “¿No es mi palabra como fuego, dice Jehová, y como martillo que quebranta la piedra?” Jeremías 23:29 y precisamente, esta es la razón por la que muchos tratan de encontrar una interpretación acorde a sus deseos carnales. La mente humana se opone a la escritura; y lo “ilógico” de Dios termina siendo desechado por los hombres.
Es así como los hombres modifican la palabra de Dios y tratan de encontrarle una “explicación racional” a órdenes explícitas de Dios, que, a causa de sus demandas, resultan extremadamente difíciles de aceptar. La Biblia, aunque habla de un Dios de amor que se complace en hacer misericordia, exige a sus verdaderos siervos santidad, disposición a los padecimientos y renuncia voluntaria a los placeres del mundo, de modo que para el hombre natural, resultan incomprensibles e imposibles de alcanzar.
¿Cómo el Dios de amor puede permitir que sus hijos sufran necesidades?
La biblia dice que los héroes de la fe, fueron menospreciados y maltratados únicamente por mostrarle al pueblo su error y pecado; contrariamente, los falsos profetas y los falsos maestros generalmente vienen con palabras alentadoras que los animan a alcanzar sus metas y deseos materiales. Les anuncian buenos “augurios” para que los ingenuos pongan sus esperanzas en sus charlatanerías “16 Así ha dicho Jehová de los ejércitos: No escuchéis las palabras de los profetas que os profetizan; os alimentan con vanas esperanzas; hablan visión de su propio corazón, no de la boca de Jehová. 17 dicen atrevidamente a los que me irritan: Jehová dijo: Paz tendréis; y a cualquiera que anda tras la obstinación de su corazón, dicen: No vendrá mal sobre vosotros. 18 porque ¿quién estuvo en el secreto de Jehová, y vio, y oyó su palabra? ¿Quién estuvo atento a su palabra, y la oyó?” Jeremías 23:16-18
Cuando Adán pecó, trató de culpar a Eva y ella a su vez a la serpiente, a pesar de que la serpiente actuó con toda alevosía, Adán y Eva no fueron perdonados por Dios; ellos solo debieron guardar un solo mandamiento y no pudieron hacerlo, el resultado de su desobediencia produjo dolor y muerte a todos los hombres. La ley de Dios fue clara y precisa, de manera que no había excusa para no cumplirla. Pero al igual que la serpiente en el huerto del Edén, los ministros de Satanás se disfrazan como ministros de justicia distorsionando la orden de Dios en lugar de creer en los mandamientos de Jesús plasmados en el nuevo testamento.
Jesús dijo: “47 Al que oye mis palabras, y no las guarda, yo no le juzgo; porque no he venido a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo. 48 el que me rechaza, y no recibe mis palabras, tiene quien le juzgue; la palabra que he hablado, ella le juzgará en el día postrero” Juan 12: 47-48 De manera que las escusas que podamos presentar delante de Dios, tratando de justificar nuestra ignorancia o rebeldía, no servirán de nada, el día que TODOS nosotros nos presentemos a rendir cuentas por todos nuestros actos.
Por esta razón Pedro nos dice que debemos anhelar la palabra que sale de la boca de Dios tal como viene, sin buscar interpretarla o suavizarla, porque por medio de ella alcanzaremos salvación. Este anhelo por la verdad no debe comprometerse con ninguna membrecía eclesiástica. La verdad revelada por Dios debe permanecer sobre cualquier amistad y sobre todo compromiso adquirido dentro de las mismas. Si el deseo fehaciente del pueblo cristiano fuera adorar a Dios en espíritu y VERDAD todos procuraríamos hacer su voluntad, tal cual está escrita, sin sumarle o restarle nada; esto implica un deseo ferviente por conocer la verdadera doctrina de Cristo y una apertura de mente para recibir de Dios su palabra no importando si esta proviene de aquellos cristianos que ha criticado por años y que sin razón, consideran sus enemigos o rivales. Si el cristiano quisiera conocer a Dios verdaderamente, no transigiría con el pecado, ni vendería la verdad por un puñado de monedas que lo deslumbran para no ver el verdadero tesoro de sabiduría y vida eterna que se esconde en la escritura.
Es posible alcanzar la unidad
La escritura dice que todos los cristianos seremos edificados en un solo sentir, en una sola fe, en una sola palabra, porque esa es la voluntad de Dios. Es hasta que todos como un cuerpo bien coordinado caminemos en la unidad que produce el Espíritu Santo y no en alianzas con los hijos de las tinieblas. Sera hasta entonces que llegaremos a formar parte de la “verdadera iglesia de Cristo” “ 1 Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados, 2 con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor, 3 solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz; 4 un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación; 5 un Señor, una fe, un bautismo, 6 un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos.” Efesios 4:1-6 La unidad que proviene de Dios será la única que él aceptará, nada en la escritura sugiere que algo que sea promovido por los hombres pueda agradar a Dios. Aunque los hombres formen grandes alianzas para alcanzar un fin específico tal como sucedió en las planicies del Sinar donde los hombres “en unidad” decidieron construir una ciudad y una torre que fuera recordada por todas las generaciones; este proyecto conocido como la torre de Babel nos da una idea del fin que le espera a una torre de Babel moderna llamada “Ecumenismo” (lea “Ecumenismo: Alianzas Peligrosas”).
Cristo viene por una iglesia sin mancha ni arruga
Como hemos dicho antes la sinceridad con la que buscamos a Dios, no es suficiente para agradarlo. La única manera de alcanzar salvación esta plasmada en la Biblia y en las palabras de Jesús; de manera que si un predicador trata de suavizar o alterar en lo más mínimo lo que Cristo enseñó, sepa que el tal predicador está desechando la verdad y el fundamento del verdadero cristianismo “ 4 Acercándoos a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, más para Dios escogida y preciosa, 5 vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo. 6 por lo cual también contiene la Escritura: He aquí, pongo en Sion la principal piedra del ángulo, escogida, preciosa; Y el que creyere en él, no será avergonzado. 7 para vosotros, pues, los que creéis, él es precioso; pero para los que no creen, La piedra que los edificadores desecharon, Ha venido a ser la cabeza del ángulo; 8 y: Piedra de tropiezo, y roca que hace caer, porque tropiezan en la palabra, siendo desobedientes; a lo cual fueron también destinados” 1 Pedro 2:4-8
No basta con creer en Jesús, es necesario creerle a él y sus palabras, puesto que el único camino que conduce a la vida eterna se llama Jesús; de manera que, al obedecer sus mandamientos, podemos alcanzar su estatura. Jesús espera que persigamos la misma enseñanza que el predicó hace dos mil años porque el, continúa siendo el mismo maestro desde hace dos mil años (Hebreos 13:8). Solo de Cristo podemos aprender lo necesario para vivir eternamente, aunque él fue desechado por su mismo pueblo, fue apreciado por aquellos que con un corazón de niño se acercaron a él creyendo todo cuanto les dijo.
Para todos los que hemos creído; él y todo lo que representa es precioso, pero para los que no creen la misma escritura, se convierte en una piedra de tropiezo, porque la leen, pero no la creen; les parece demasiado dura o no se adapta a al mundo cambiante en que vivimos.
Millones de Cristianos nunca han conocido el evangelio del nuevo testamento, pero conocen a cabalidad los rituales de la iglesia moderna, están al día con el más reciente disco lanzado por el famoso cantante cristiano, y de la nueva película sobre el rapto, pero no saben cuáles son las consecuencias de pecar siendo cristianos, tampoco saben lo que Dios quiere que hagamos como individuos y como iglesia. La excusa de siempre es que no existe iglesia perfecta, y por lo tanto, no pueden hacer a cabalidad la voluntad de Dios, otros esperan que Dios aparezca en una nube diciendo:…”hijo mío este es lo que quiero que hagas”, ellos siguen esperando que Dios les manifieste su voluntad en forma individual y no se han dado cuenta que Cristo habló hace dos mil años dando a conocer cuál es la voluntad del Padre para toda la humanidad, aún no han comprendido que no existe otra voluntad de Dios, sino la expresamente declarada por Jesús dos milenios atrás.
Aún no conocen que Cristo viene por una Iglesia sin mancha ni arruga ni cosa semejante, y que no aceptará nada menos que perfección. El modelo de iglesia por la que vendrá está reflejado en el libro de los hechos, es decir, viene por una iglesia santa, pura sin contaminación y PERFECTA como la del siglo primero. Cualquier otro requisito para la Iglesia del Señor menos que “Perfecta” es una apreciación humana que en ninguna manera representa el deseo de Dios.
Ahora bien, ¿Cómo podemos llegar a ser la Iglesia sin mácula que Dios requiere para su Hijo? Para nosotros es imposible, pero para Dios no hay nada imposible. Él solo espera que su pueblo crea en lo que Él hará, no en lo que nosotros queramos hacer, sólo nos corresponde esperar que la nube de su Espíritu se mueva para seguirlo.
Unos modifican la palabra de Dios por ignorancia y otros por malicia
Actualmente vivimos algo que muchos llaman “nueva dispensación de la gracia” ésta; sin embargo, no es más que apostasía en su máximo esplendor, porque dicha doctrina enseña que el evangelio ha cambiado, y postula que el pueblo de Israel y la iglesia cristiana, son dos pueblos con promesas y profecías distintas. La palabra de Dios dice: “25 Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis arrogantes en cuanto a vosotros mismos: que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles; 26 y luego todo Israel será salvo, como está escrito: Vendrá de Sion el Libertador, Que apartará de Jacob la impiedad. 27 y este será mi pacto con ellos, Cuando yo quite sus pecados. 28 así que, en cuanto al evangelio, son enemigos por causa de vosotros; pero en cuanto a la elección, son amados por causa de los padres. 29 porque irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios” Romanos 11:25-29 Dios ha apartado a Israel del nuevo pacto por su rebeldía, pero en forma temporal, sea este dos mil o más años hasta que entre la plenitud de los gentiles, entonces todo Israel será salvo.
La Biblia nos advierte que en nuestros tiempos saldrían muchos maestros falsificando y acomodando la escritura de acuerdo a sus propios deseos “ 1 También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos 2 Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, 3 sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, 4 traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, 5 que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita” 2 Timoteo 3:1-5 estos falsos maestros enseñan que por el hecho de vivir en el siglo 21, en donde el ritmo de vida es radicalmente diferente al de hace dos milenios; deben obedecer un evangelio moderno, generalmente diferente al evangelio del Reino predicado por los apóstoles y sus discípulos. Creen que nosotros debemos amoldarnos al mundo en lugar que el mundo sea transformado por el evangelio original.
Muchos maestros se enfocan en aspectos externos como la forma de vestir de sus miembros, los buenos modales y la moralidad, cuando la biblia no se enfoca en envolturas exteriores como los medios de transporte, vestido, entretenimientos o los medios para ganarnos la vida; sino que se refiere a los aspectos espirituales y a cumplir con los mandamientos de Jesús, que jamás dejaran de ser. Si la escritura dice que robar es un pecado, este mandamiento será válido por toda la eternidad, pero no dice que usar bigote y barba sea pecado, como en algunas congregaciones lo hacen ver. Hoy abundan maestros que imponen “leyes de hombre” o “costumbres de antepasados” que no tienen respaldo Bíblico, aun así, se esfuerzan por enseñar que los deleites de la vida, que vivir en abundancia económica, comer, pasear, tener casas bonitas, carros de lujo, son la voluntad de Dios para el cristiano moderno.
Pablo le decía a los hermanos de Corinto que se apartaran de aquellos que diciéndose “hermanos” viven como la gente del mundo, que abrazan sin vacilación las costumbres mundanas y las introducen en las congregaciones como “revelaciones” de Dios para alcanzar al mundo perdido “ 9 Os he escrito por carta, que no os juntéis con los fornicarios; 10 no absolutamente con los fornicarios de este mundo, o con los avaros, o con los ladrones, o con los idólatras; pues en tal caso os sería necesario salir del mundo. 11 más bien os escribí que no os juntéis con ninguno que, llamándose hermano, fuere fornicario, o avaro, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o ladrón; con el tal ni aun comáis” 1 Corintios 5:9-11 Este tipo de falsos cristianos son diferentes de los religiosos como Saulo, quien era celoso de la palabra de Dios, pero a pesar de su sinceridad y devoción, perseguía y mataba a los verdaderos hijos de Dios. Los pecadores a los que se refiere Pablo son cristianos carnales que buscan solamente satisfacer sus sentidos tal como abundan en la actualidad. Este tipo de cristianos son muy populares en nuestro tiempo, poseen o asisten a congregaciones que predican casi exclusivamente de “bendiciones económicas” de modo que el evangelio del Reino es extraño para ellos.
Pedro dice que Dios nos ha sacado de las tinieblas a su luz admirable, para que anunciemos el poder y la gloria de Jesús, guardando y enseñando a otros a guardar sus mandamientos. En ninguna manera nos sugiere, ni nos dice explícitamente que demos a los sentidos la satisfacción que tanto pregonan los fariseos modernos. Dios, gracias a su infinita misericordia nos ha hecho parte de su pueblo para que proclamemos su santidad y misericordia; no para que prediquemos sobre la manera cómo podemos “disfrutar de las abundantes bendiciones de nuestro Padre”. ¿Cómo se sentiría usted si alguien se le acerca sólo por su dinero o influencia? Dios no es el genio de la lámpara maravillosa al cual podemos pedirle lo que deseemos; él es el Señor y debemos simplemente obedecerle.
Jesús nunca predicó que debemos “gozar” de los deleites temporales de este mundo, sino todo lo contrario “ 9 Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable; 10 vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia 11 Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma” 1 Pedro 2:9-11 De modo que si somos parte del pueblo de Dios debemos ser como Dios: Santo.
En este mundo estamos de paso, por lo cual, debemos enfocar nuestras energías y nuestra mente en buscar la justicia de Dios y cumplir con su voluntad, viviendo en el Espíritu para no satisfacer nuestros deseos carnales. La naturaleza caída del hombre lo lleva a desear y poner su esfuerzo en conseguir su propia satisfacción, en cambio la escritura manda a renunciar a nuestros deseos, de modo, que la palabra de Dios contradice nuestras expectativas y deseos; pero si, por el contrario, escucha un evangelio que promueva la complacencia sensorial, de seguro esa palabra, ha sido mal interpretada, y por muy buena intensión que el predicador tenga al anunciarla, no deja de ser falsa. La palabra de Dios traída por el Espíritu Santo, nos lleva al entendimiento necesario para comprender cuál es su perfecta voluntad, aunque esta vaya en contra de la corriente de este mundo “El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida” Juan 6:63
Los cristianos del primer siglo eran guiados por el Espíritu Santo y esa era la razón por la cual vivían en “unanimidad y sencillez de corazón”, en cambio los religiosos no podían comprender cómo estos incultos pescadores y gente del vulgo, tuvieran tal sabiduría y poder, que se supone, estaba destinada a ellos por ser los “sacerdotes” y representantes de Dios en la tierra. Nunca comprendieron que el Reino de Dios no es de este mundo y las leyes que lo rigen son muy diferentes al modelo humano; por esa razón los odiaban y los asesinaban ”Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece” Juan 15:19; Juan 12:25 La voluntad de Dios es contraria a los deseos de la carne, esto lo entendieron perfectamente los discípulos e hicieron conforme Jesús enseñó; el resultado lógico de creerle a Jesús les trajo como consecuencia la enemistad con el mundo, por esa razón Pedro aconsejaba a los cristianos a mantener su fidelidad a Dios a pesar de la tribulación “12 manteniendo buena vuestra manera de vivir entre los gentiles; para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, glorifiquen a Dios en el día de la visitación, al considerar vuestras buenas obras. 13 por causa del Señor someteos a toda institución humana, ya sea al rey, como a superior, 14 ya a los gobernadores, como por él enviados para castigo de los malhechores y alabanza de los que hacen bien. 15 porque esta es la voluntad de Dios: que, haciendo bien, hagáis callar la ignorancia de los hombres insensatos; 16 como libres, pero no como los que tienen la libertad como pretexto para hacer lo malo, sino como siervos de Dios”. 1 Pedro 2:12-16
Aun viviendo en angustia y persecución se nos manda a someternos a toda autoridad de manera que no haya nadie que pueda acusarnos de ser delincuentes, sino que haciendo la voluntad de Dios hagamos callar a los inconversos por medio de nuestras buenas obras “Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos” Mateo 5:16 no actuando para ser visto por los demás, sino para Dios.
Ellos aprendieron muy bien las lecciones del Maestro y de igual forma ellos la enseñaban a los nuevos creyentes “19 Porque esto merece aprobación, si alguno a causa de la conciencia delante de Dios, sufre molestias padeciendo injustamente. 20 pues ¿qué gloria es, si pecando sois abofeteados, y lo soportáis? Mas si haciendo lo bueno sufrís, y lo soportáis, esto ciertamente es aprobado delante de Dios. 21 Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas; 22 el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca; 23 quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente; 24 quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados. 25 porque vosotros erais como ovejas descarriadas, pero ahora habéis vuelto al Pastor y Obispo de vuestras almas” 1 Pedro 2:19-25 ESTE EJEMPLO DE AMOR Y ENTREGA ES QUE DEBEMOS IMITAR y no el ejemplo del mundo que nos manda a buscar lo suyo propio. Este modelo de vida es el único que Dios acepta, es el patrón de vida de su Hijo Jesucristo, de modo que la sinceridad, honestidad y devoción con la que adoramos a Dios no es suficiente si no está fundada en la verdad.
Estimados señores, Encuentro que su Estudio “UN SOLO DIOS PERO, ¿TENEMOS UNA SOLA PALABRA?, es EXCELENTE.
Que Dios los bendiga.
Nicolás Barahona A.